miércoles

Retazos de algo sin forma


¿Alguna vez te has puesto a pensar que el cuerpo no es más que  una limitación de tu propia existencia?

Muy pocas personas alcanzan el éxito y por ello aquellos insensatos y cerrados de mente no saben más que criticar y despreciar no solo a aquellos que encuentran con esfuerzo su tan anhelado cielo sino a todo aquello que bien o mal tienen a su disposición, diariamente nos podemos encontrar con quejas y reclamos a la vida, a Dios, a las demás personas o hasta al más insignificante objeto, echándoles la culpa a alguno de ellos o en su defecto a la mayoría por nuestros fracasos y frustraciones, por no tener aquello que soñamos, por  sentirnos estancados en el mismo lugar, por ver como unos cuantos nos dejan atrás siempre preguntándonos y eso si nuestro entendimiento va un poco mas allá de los comunes y mediocres ¿qué es lo que hacemos mal? o ¿qué es aquello que nos hace falta quizás? Pero nunca vemos que aquellos que llegan lejos, no lo hacen por un golpe de suerte, lo hacen porque tuvieron que sacrificar muchas cosas que nosotros no estamos dispuestos a dejar.

El mundo está lleno de mediocres, de conformistas que no ven más allá pero que siempre se quejan y reprochan sin tomarse la molestia de intentar, fracasar y volver a intentar hasta que la meta propuesta se pueda alcanzar.


******************

Cuando pasamos a ver todo desde una nueva perspectiva, recordamos el pasado desde un lugar alejado, sintiendo que ya no nos hace daño, podemos reconocer que no éramos los causantes de muchas cosas, que cometimos errores y que el amor nos hace idiotas y quizás como dicen muchos ciegos, pero también podemos encontrarnos con anhelos de regresar, porque díganme ¿Quién jamás ha sentido deseos de volver a su pasado? De remediar algunas cosas, de no dejar ir a las personas queridas o las oportunidades que por inmaduro, despistado, etc., Se nos presentaron y no aprovechamos, o simplemente regresar y vivir una vez más aquellas épocas que en su momento nos hicieron felices y que al recordarlas hoy, nos llenan de nostalgia y nos hacen pensar que lo que perdimos era importante, quizás necesario para nuestra felicidad, pues cuando en ocasiones te sientes perdido, sin deseos de mas, con tu mundo abajo,  tu animo te quiere destrozar, crees que todo en tu vida anda mal, solo quieres olvidar y regresar a donde estos problemas no existían y la vida era solo felicidad, sientes esa inmenso deseo de retroceder el tiempo y quedarte allí un rato, despejar tu mente y corregir errores para así no tener que vivir tu realidad.

Lastimosamente para muchos el tiempo aunque se encuentre dividido en 3, solo nos permite ver el momento que vivimos “ahora”, a lo que llaman “presente”, mientras lo demás son solo recuerdos de momentos que vivimos pero no volverán o deseos y expectativas de las cuales nunca se tiene certeza si sucederán.

“La vida es una ruleta” y sí, técnicamente la vida es una inmensa ruleta, donde ganas y pierdes, donde dependes de la suerte y tus decisiones para tener lo que deseas o simplemente dejarlo pasar y pagar con lagrimas o malos momentos en una patética realidad.

Nuestro único camino es al final, continuar paso a paso, respirando, sintiendo el palpitar de nuestro corazón, llorando, fingiendo sonrisas quizás o para aquellos afortunados, disfrutando de sus cortos momentos de felicidad porque si somos sinceros debemos admitir que los seres humanos estamos diseñados para ser inconformes y siempre buscar algo por lo cual sufrir así nuestro “presente” resulte ser lo que en antaño deseamos con total fervor alcanzar.


**************


“FUTURO” Aquel tiempo que nos depara el destino cargado de sorpresas, aquellas páginas inexploradas en el libro de la vida que se convierten paso a paso en el desenlace de nuestros actos en el presente; un tiempo tan inesperado que realmente me causa temor encontrarme frente a él, sé que es absurdo, pero no puedo ni logro imaginarlo sin al mismo tiempo pensar en si realmente sucederá como lo imagino, si en vedad las decisiones que estoy tomando y he de tomar en poco tiempo serán las acertadas o simplemente un error que me obligara a luchar con todas mis fuerzas para recuperarme y volver a empezar… 

Recuerdos...


Al parecer cada una hizo su vida al final. ¿Por qué demonios fue necesario que esto pasara para darnos cuenta que ya poco o absolutamente nada sentíamos la una por la otra? Extraña historia la que protagonizamos tú y yo. Extraño inicio, desgarrador final, aunque al parecer tú perdiste más por un solo instante de sexo… Que a mi parecer fue patético en verdad.

¿Cómo superar los efectos nefastos de la traición? Le hice daño a alguien, pero justo ahora no puedo dejar de pensar en aquellos momentos que solo nauseas me dan (?)… Me siento totalmente fatal

Como me gustaría poder olvidar aquellas imágenes que se niegan a dejar mi mente en paz. Ya ni sé a ciencia cierta si asco o deseo me produce todo aquello; solo sé que al final lo que debí hacer fue esperar por quien en verdad lo merece!



¿Y es que acaso que es esto? ¿Cuánto tiempo debe suceder? ¿Cuánto necesito para olvidar completamente y volver a empezar? Es que ser una completa idiota y convertirme en una basura no ha sido suficiente ya? Necesito dañar mucho más a alguien y perderlo todo como a “ella” le sucedió para darme cuenta de que esto no tiene razón de ser. Creo que mi alma gemela me conoce más de lo que yo lo hago pues ella logra reconocer que es solo un juego idiota el que durante no se cuanto tiempo hemos llevado y que al final solo ganas tu al torturarme con mi propia indecisión, mi fuerza de voluntad es toda una Mierda al final, Allisson me importa lo suficiente como para soportar, la amo demasiado como para no caer en este círculo vicioso una vez más, pero… Aquí está de nuevo ese maldito “pero”. La realidad aquí es algo diferente, no puedo alejarme del todo de “ella” sentir sus brazos acogerme cálidamente y su meloseria es agradable,  de una u otra forma mantiene mi orgullo ya destrozado y en el inframundo un poco más alto de ese lugar… “Mientras no encuentre sus labios todo estará normal” me digo para no sentirme tan mal, mas el hecho de que todos continúen pensando que somos una pareja por la conducta “melosa” que mantenemos no es apropiado en realidad. ¿Qué lugar le estoy dando a la persona que tiene ese derecho en verdad? Todo esto me hace sentir fatal, no quiero sentir nada de esto; desearía ser tan fuerte como antaño, olvidarme de todo y quizás mantener parte del egoísmo que me caracterizaba, me gustaría poder acomodar mi mascara de hielo en mi rostro y fingir ante el mundo, es fácil sonreír y decir que nada anda mal ¿entonces por qué demonios no lo puedo hacer ya? Estúpido lio en el que estoy metida, veo la luz y se la salida, deseo alcanzarla a cualquier medida solo que no entiendo porque me empeño en cambiar eso por un orgullo que no vale ni medio segundo de mi vida…

Amo a mi novia, es tan simple como eso y luchare por ella contra mis propios demonios… Seré la mejor porque ella lo merece y dejare mi estúpido orgullo en el calabozo principal, el más custodiado de mi cuerpo, porque no permitiré que por culpa de él pierda lo que más quiero, no hay amor solo ganas de demostrar que soy mejor… 

()

Dolor…  Estoy segura que hoy es la palabra perfecta para definir lo que estoy sintiendo, esta opresión en mi pecho y estas ganas de llorar; y a quién tenemos como causante principal de todo esto; tan fácil de adivinar como el hecho de que soy una maldita, aunque estoy agotada de culparla y a pesar de esta “extraña” sensación me siento feliz por verla a ella feliz, igual sería algo muy cínico de mi parte yo no puedo hacer nada, tengo un compromiso y se supone amo a mi pareja; reprochar, llorar, molestarme, el simple hecho de sentir esto no me debería estar permitido. Orgullo, amor, cenizas de un amor, ego de mujer o no sé qué mierda, la verdad poco y nada importa ahora, no quiero pensar en esto, las lagrimas no saldrán, las cosas no cambiaran. Yo decidí mi final, escogí continuar, fingir es mi vocación, tan normal como respirar y caminar. Ábrete una vez más telón que la función debe continuar, es hora de dar rienda suelta a mi mejor actuación; esto va hasta superarlo o morir para dejar de pensarlo.

()


Deseo dejar de pensar, olvidarte y continuar… Una semana, una estúpida y efímera semana nos separan de un final que antes pensaba todo iba a arreglar, pero ahora entiendo que no se si te quiera dejar escapar… Eres una droga, algo necesario para mantener mi orgullo, sé que no hay amor, se que ese sentimiento lo genera otra persona, pero sin ella aquí resultas ser un desahogo perfecto de todos mis deseos ocultos, evitas que me pierda en la soledad de la que durante ya no se cuanto tiempo he buscado escapar, no quiero sentir aquello que en su momento me dejo al borde del abismo aun sabiendo que esto está muy mal, debo reconocerlo, mi estúpido orgullo y ego me está consumiendo. La salida… no sé si quiera encontrarla ya, afrontar todo esto me es difícil en realidad porque la verdad soy  una maldita que no quiere dejar nada de esto atrás simplemente porque quiero demostrar no sé a quién demonios en realidad que soy mejor, mi orgullo y ego me piden a gritos continuar. ¿Una nueva infidelidad?  Idea tentadora que puedo lograr con solo un par de palabras, aunque, quién gana con eso ; pierdo todo por un simple momento de sexo, algo de placer y un orgullo medianamente  recuperado, orgullo que deseo en ocasiones no tener y como toda esta historia enterrar en el fondo de mi alma para no volverlo a ver.

()

Cómplices de la traición, un solo perdedor


Y así se termina entre sabanas, gemidos y poco amor… No importan las razones que nos arrojaron a esto, ahora estamos aquí moviendo nuestros cuerpos, disfrutando de aquello que en antaño deseamos con tanto fervor, pero que ahora solo es un desahogo de todo el dolor o quizás de aquello guardado con tanto anhelo en el corazón… Terminamos, te cambias y nos vamos, el tiempo no apremia, en pocos minutos tenemos una reunión. Salgo afanada de aquella habitación, un sonrojo en mi rostro indica a todos que algo paso y tu sonrisa triunfante remata mi color dando poco campo a la duda en aquel diminuto espacio.

La reunión comienza y hablas como toda una experta, lo que es de esperarse para la dueña de la empresa, todos estamos atentos a cada palabra que sale de tus labios, aunque mi mente aun vaga en lo ocurrido minutos atrás, en lo que esas frías paredes siempre con total recelo ocultaran. Me miras por unos segundos y aquel carmesí regresa a mi rostro, tu solo sonríes de medio lado y continúas con tu tan impecable exposición, nadie lo nota, pero ambas sabemos la razón de aquellas reacciones que nos hacen cómplices de la traición. 

Das los últimos detalles, todos te aplaudimos y felicitamos, tu estrategia, como siempre, resulta ser la mejor, sin duda alguna tu padre no pudo dejar la empresa en mejores manos.  Después de unos minutos y la intervención de unos cuantos socios das por concluida la reunión, uno por uno empezamos a retirarnos de aquel cuarto; yo busco ser la primera, estar allí un poco mas hará que las escenas viajen por mi mente como película a cámara lenta, mientras en mi vientre se empieza a formar algo que en estos instantes me cuesta descifrar; ya no hay amor, pero hasta hace unos instantes lograbas estremecerme y hacer que mi cuerpo perdiera el control por un momento de efervescencia y calor; no había duda de que todavía reclamábamos algo que todo lo acontecido borro.

Estoy a punto de salir y siento tu mirada no pierde detalle alguno de mi, giro y nuestras miradas se enganchan, otro rubor pero ahora no es precisamente solo en mi rostro, te has sonrojado, es casi imperceptible, pero te conozco lo suficiente como para distinguirlo; alguien me llama logrando extraernos del lugar donde en nuestras mentes nos encontrábamos. Observo el móvil y ahora si salgo rápidamente al observar aquel numero en la pantalla del pequeño aparato, ahora lo recuerdo, aquello que perdió importancia cuando tus labios se apoderaron de los míos y lentamente de todas las zonas inexploradas hasta ese entonces por ti; contesto buscando ocultar en mi voz cualquier signo de duda y temor;  trato a quien me habla lo mas cariñosa que puedo y la persona al otro lado de la línea solo responde con igual o más amor; finaliza la llamada y no tarda en hacerse presente esa punzada en mi corazón… ”Esto no debió pasar nunca” susurro para mí misma - “Pero paso”  me sorprendes, logrando que salte un poco, solo sonríes y continuas con tu camino… Aquí no hay otra perdedora más que yo, a ti no te importa nada; se que quizás hasta lo olvides en la madrugada, pero yo… yo lo recordare cada mañana, estamos comprometidas pero un deseo nos gano “¿Cómo pudiste hacerle esto?” Me reprocha el corazón.

Me quedo observando un punto muerto cuando de pronto una cálida mano se posa en mi hombro sacándome de mi sopor, un nuevo susto me llevo pero esta vez no eres tú sino mi buen amigo, quien en su pasado me convenció de invertir aquí y quien ahora busca como alejarme para que deje de sufrir por ti. Me mira directamente y reconoce al instante que algo paso, no me pregunta nada, solo me abraza y me invita a salir lo más pronto posible de allí, no queda más que hacer el día de hoy.

Llegamos a su automóvil y el interrogatorio comienza, niego todas sus hipótesis pero al final yo misma me contradigo por mi reacción, el suspira y observa el camino, su mirada se pierde en él y con eso me indica la decepción que le he dado hoy. El silencio incomodo y abrumador invade el ambiente, hasta que el abruptamente se detiene y me observa, temo un poco por su impredecible acción, pero en sus ojos no hay nada más que decepción… eso es peor; me abraza nuevamente y me pide perdón no entiendo del todo porque, si quien ha fallado he sido yo, ahora sus ojos y rostro adquieren un semblante distinto y se refiere a ti, Laura,  como si fueras todo un trol, la mala de esta historia, me duele un poco admitirlo, a pesar de todo, porque sé que también he tenido gran parte de la culpa, pero al final una mínima parte de mi corazón se empeña en creer que él tiene razón.

Terminamos en mi apartamento donde afortunadamente ella no me espera, servimos un par de copas y tomamos con desesperación; el por quizás buscar aliviar mi pena y su propio dolor, pero después de un rato como es de esperarse por mi patética resistencia al alcohol, mi mundo se nubla y pierdo toda noción de mi alrededor. Al despertar estoy en mi cuarto en ropa interior y con mi chica durmiendo plácidamente en las mismas fachas que yo. Sé que mi amigo me dejo dormir y espero a que ella llegara para irse a su apartamento que queda en el piso superior. Me intento levantar silenciosamente en busca de algo de agua para calmar la resaca, pero ella se despierta y me obliga a mantener en cama para ella tomar su bata saliendo sin prisa de la recamara, a los pocos minutos me trae a la cama un delicioso desayuno, con unas aspirinas y agua. Es mi día libre y lo paso en casa, ella, mi esposa cuidándome como si de una muñeca de porcelana me tratara, nuestra alcoba es testigo de nuestro amor, mientras nuestras sabanas se tiñen una, dos, tres, cuatro y cinco veces aquel día de desbordante amor, expresado entre nosotras por su máxima expresión.

Al verla dormir sobre mi pecho este se encoge con gran dolor, no merece esto, no merece a alguien como yo, busco dormir pero me es imposible, la culpa me acosa sin tregua alguna “Debo hablar con Nicole” pienso antes de tomar mi celular y marcar, el repique del teléfono me empieza a impacientar, pero después de soportar un poco más la suave voz de mi mejor amiga se hace escuchar. Ella me aconseja, ya sé que hacer mañana o, mejor dicho, en unas horas al despertar.

Decidida llego a la empresa sin saludar y prestar atención a nadie más entro a la oficina de la presidenta, la tan aclamada Laura Soler, ella me observa y se burla en mi cara, sabe a que he venido, al igual que yo la conozco ella me conoce como si de una extensión  más de su propio cuerpo fuera. Dejo los papeles sobre su escritorio sin pronunciar palabra y me dispongo a marcharme para no terminar por algún truco sucio de su parte, de nueva cuenta en sus garras, mas sus palabras me frenan y dejan congelada, tanto por rabia como por el dolor penetrante que termina mi orgullo ya pisoteado en un tiempo por ella desde que nuestra historia paso a algo más; “Sofía… Gracias por el momento de cama, has sido de los mejores polvos, como si una perra experta fuera quien se metió entre aquellas sabanas” fueron muchos años allí, una corta historia junto a ti y muchas lagrimas antes de que lograras enredarme y llevarme a tu cama ayer en la mañana, para rematar como ya lo esperaba con esas frías palabras una vez más, como se hizo costumbre ya, lagrimas gritan por salir, pero eso sería darte gusto y ya estoy cansada de llorar por ti, lo hice durante mucho tiempo, ya no lo pienso repetir. Respiro profundamente y salgo de aquel lugar que en mi vida volveré a pisar. Al cerrar las puertas de aquel sitio, escucho como algo se estrella y rompe contra una pared, quizás sientas impotencia o por primara vez en toda esta historia logre hacer que tu orgullo se estrujara como lo hacías a diario desde que permití que la relación entre nosotras fuera algo más que solo compañeras, sea lo que sea, ya no tiene importancia, después de esto mi vida no tendrá nada que ver contigo y tus recuerdos se quemaran en la caneca del olvido.  Mi próximo rumbo esta fijo, al final un nuevo horizonte de felicidad podre observar, con quien siempre debí volar.

Llego a mi casa y allí la encuentro llorando un poco más, con el teléfono entre sus manos, pero con una tímida sonrisa sus labios, predecible tu jugada, pero ya tenía planeado todo esto, ella conocía aun sin decirle nada lo que pasaba y esta mañana, después de llamar a Nicole, la historia de mis labios fue confirmada, entre lagrimas y luego besos mi traición fue perdonada y esta reacción tuya le confirma una vez más mis promesas en la madrugada. Se levanta, va hacia mí y me besa entre lágrimas, la escogí a ella en vez de a la gran Laura Soler y no importa la conexión que entre tú y yo existió o quizás existirá, en este mundo mi vida la compartiré y entregare a la chica que escogí y que noche tras noche me espera con calma para brindarme aquello que su maravilloso corazón guarda.

Hay muchas heridas por curar, cosas por olvidar, pero mientras sostenga su mano, Laura Soler   jamás podrá hacernos daño, será parte del pasado que se debe dejar atrás para volar y mejorar… Tal vez necesite un par de años y acostarme por primera y última vez con “La Doctora Soler” para lograr comprender que no era mi persona predestinada, pero mejor tarde que nunca y con una mirada atrás por última vez, juro jamás volver a caer en un juego que en el que siempre lleve las de perder. Tengo una segunda oportunidad, redimirme y amarla más y más será mi meta de aquí hasta que llegue mi final. 


sábado

6 años ya...



El tiempo pasa tan de prisa, las cosas cambian de formas tan extrañas, la vida nos da vueltas tan rápido que es difícil encontrar de nuevo el norte; todo visto en retrospectiva, desde la franja de los recuerdos, me parece hoy tan extraño, tan lejano, tan… tan otro ‘yo’. 

Hoy son 6 años desde que vine a esta ciudad... 6 largos años desde el momento en que con mi padre en su moto llegamos  aquí  desde mi ciudad natal. Aquella ciudad hermosa, que posee un calor peculiar, una familiaridad entre todos sus habitantes difícil de describir, un ambiente de felicidad y alegría rebosante desde su más pequeña calle hasta sus plazas centrales; esa ciudad que muchos nombran como “Perla del Otún” o “La ciudad sin puertas”… Mí amada Pereira… 

Ese día parece tan lejano... Es increíble como ha cambiado mi vida, lo que creía real, lo que sentía... Aunque es obvio, han sido 6 años, pero siento como si todo hubiese pasado tan rápido; sobre todo este ultimo año.
No puedo obviar el hecho de que aquí he sido feliz en múltiples sentidos, conocí a personas maravillosas, encontré aquello que me gusta, aprendí a aceptarme como soy, viví (y continuare viviendo) cosas hermosas y miles de aventuras en esta ciudad, con aquellas personas que a lo largo de estos años se han ganado un espacio en mi corazón; entre a una de las mejores universidades del país y voy aprendiendo día a día pequeñas cosas importantes de la vida. También he llorado, ya sea por alegría o felicidad, pero todo, aquí, en Bogotá.

No dejo de estar agradecida con la vida por ponerme en donde estoy hoy, porque actualmente considero que todo pasa por una razón, aunque aun no entienda del todo cual fue la razón por la que estoy aquí… Sin embargo, no dejo de estar por estas fechas nostálgica, ya que quiera o no, muchas cosas de allí no se comparan con lo que había y hay allá, factores que para muchos son insignificantes pero que para mi resultan importantes, especiales e imposibles de hallar en otro lugar, como el trato que tiene su gente, la alegría, hasta el acento paisa propio de mi ciudad y muchas cosas más.

Son precisamente esos factores los que me hacen en muchas ocasiones querer regresar; pero mi vida está aquí, quizá en un mañana el destino me regrese a allá, pero hasta ese momento, recordare en cada primero de diciembre mi adorada Pereira y me daré el lujo de que la nostalgia por ella me permita escribir en su honor y su recuerdo unas cuantas líneas que, espero, se conserven en el tiempo.


lunes

Sin armas ante el primer amor


“Cuando me enamoro lo hago de corazón, entrego mi alma en cada beso, mi ser en cada “Te quiero” porque aprendí que vivir solo el momento nos hace sufrir y no llena el vacío que hay dentro de mi… “
“No temas, yo jamás te hare daño, estoy para protegerte…”
“Amor, eres mi vida entera, te amare por siempre”
“Princesa, me haces falta, no sé cómo vivir sin ti, no sé como soportar el ensordecedor silencio que deja tu ausencia, espero regreses pronto…”

Sus palabras  sonaban siempre tan creíbles, tan seguras, tan “enamoradas”, sin embargo, ahora heme aquí, sentada llorando como nunca antes después de aquello…

Nuestra historia comenzó como cualquier otra, una mirada, química, un “hola”, una salida, un beso, una propuesta, un “acepto” y juntas descubramos el resto.

El tiempo pasó volando y pronto nos encontrábamos más enamoradas que nunca, mi vida sin ella perdía sentido alguno, pero al estar con ella, oír su voz, escuchar su nombre o recordar su sonrisa, todo, absolutamente todo recobraba color y belleza. Nos amábamos, llevábamos 4 años 11 meses y 17 días y entonces al sentirme con un buen empleo,  una carrera en ascenso y por fin algo palpable y tangible para ofrecerle, porque siendo sinceros de amor no se vive, me decidí a dar el siguiente paso.

Hable con mi mejor amigo durante varias semanas sobre el tema, un punto de vista más objetivo nunca está de más; le pregunte sí era lo correcto, sí no me estaba precipitando, o si quizás simplemente el también opinaba que era el momento. Nuestras charlas siempre terminaban en lo mismo “Si ella te ama tanto como yo lo veo y tu estas así de segura de tus sentimientos como para hacer esto, dilo sin miedo” 

Entonces un día al salir temprano del trabajo, me  encontré con él y me acompaño a comprar lo que sería el anillo de compromiso; después de varias horas buscando en joyerías termine, bajo su escudriñante mirada, escogiendo un anillo en oro blanco con un diamante en corte redondo. Ambos quedamos satisfechos con la compra, él porque me veía tan ilusionada y feliz con el importante objeto, y yo, porque ya me imaginaba deslizándolo por el dedo anular de mi amada doncella.

Durante más de una semana planee la velada perfecta donde haría la pregunta más importante de mi vida; sin embargo, por un viaje de negocios que me fue imposible rechazar, tuve que posponer mi noche perfecta.
2 largas semanas después la llame, acordamos que iría a recogerla a su casa y de allí nos encaminaríamos al lugar cuidadosamente preparado para la ocasión sin que ella lo notara.

Llegamos, cenamos, reímos y finalmente entre una suave música lo más esperado, me aclare mi garganta y pronuncie lo que tenía desde hace tiempo atorado entre pecho y espalda.

-          Amor, se que quizás me estoy precipitando un poco, que pueden aun haber  traumas del pasado, pero yo siento que es el momento adecuado – Tome su mano y observe directamente sus ojos – Sabes que te amo como a nada mas en este mundo y no me imagino mi vida sin ti a mi lado, por eso me gustaría saber si tu… - Saque una rosa de  mitad de la mesa y la abrí - ¿Quisieras ser mi esposa? – Jamás olvidare su rostro, tan sorprendido,  tan iluminado, pero a su vez tan confundido y asustado… Su mirada reflejaba felicidad pero en su interior había algo, algo que desde el momento en que nos vimos en su casa esa noche estaba presente, algo que por mi nerviosísimo y  anticipada felicidad pase por alto… Ahora no había puro amor al momento de cruzar nuestras miradas, ahora había tristeza, contradicción y lo que muy seguramente sería la antelación del adiós.
-          Lo siento Sofí, yo… yo… - Soltó mi mano,  salió huyendo y con su huida algo dentro de mí se fue rompiendo.

No supe que cara puse, no se siquiera si respire durante el tiempo donde su esbelta figura, esa que amaba y aun hoy amo tanto, desapareció por completo de mi rango de visión, perdiéndose completamente entre personas y finalmente en la penumbra levemente matizada por la luz de luna; tampoco sé por cuánto tiempo estuve sentada allí, solo sé que mi mente se desconecto y mi alma abandono mi cuerpo durante esos momentos dejando únicamente un cuerpo o mejor dicho un ente vacio.

Cuando por fin salí de mi sopor, tome mi abrigo, deje el pago de la cuenta sobre la mesa y me fui en su búsqueda como un ser que corre para no perder su vida y es que  precisamente eso hacía, corría para alcanzar a quien era mi vida. 

Fue entonces cuando agradecí haberla llevado esa noche precisamente allí, pues finalmente despues de haber corrido lo sificiente como para que mis pies dolieran, la vi sentada a la orilla de la playa, note que estaba llorando pues no importaba que tan lejos me encontrara, el tiempo a su lado me había permitido conocer casi a la perfección cada uno de sus gestos.

Me acerque cautelosa y simplemente me sente a su lado, no le mire, solo fije mi vista a donde ella la tenia, el mar sin fin que se posaba frente a nosotras. Sé que me observó por unos segundos, luego regresó a su posicion y su llanto se intensifico; oírla llorar de tal forma hizo que me doliera el corazón así la abrace hasta que sus lagrimas se fueron apaciguando al grado de detenerse por completo.

Le mire y le bese; entre innumerables besos en todo su rostro le recordé lo mucho que la amaba y que no importaba, quiza si me había precipitado, que mi intención no fue asustarla o algo similar, que entendía a la perfección lo que había pasado; ella solo me miro y sus labios, esos que resultaban una droga, un extasis a mi ser cada vez que los probaba, se entreabrieron para golpearme con sus frias palabras.

-          Yo... -  Un suspiro en un intento de buscar las palabras adecuadas, me pregunto hoy si acaso existen en verdad dichas palabras – Siempre hemos sido completamente sinceras, aun cuando las cosas duelan y nos molesten, por eso amor yo quiero confesarte que  - Otro suspiro y el miedo de mi se apodero -  ayer vi a Miguel – Lo dijo rápidamente entre un hilo de voz que apenas y era lo suficientemente audible pero bastaba para que yo lo escuchara. Oír de sus labios ese nombre resulto como una bofetada y en ese momento sentí como se revolucionaba por completo mi corazón, ¿Acaso siempre tendría que vivir con el fantasma de su ser? -  desde  que te fuiste de viaje me ha estado llamando, ayer me pidió que nos viéramos, tenía algo importante que decirme y fue tanta su insistencia que acepte – Pase saliva y me separe un poco de su cálido cuerpo – Me dijo...  – Sollozo  y yo compartí su acción al imaginar lo siguiente que vendría – Me dijo que me ama – Sus ojos se iluminaron como lo hacían en antaño conmigo y fue la segunda  bofetada, tan fuerte que sentí que no podría mas. – Que lamenta haberme abandonado y me beso – Mi final empezó ahí – Quisiera decir que no correspondí, pero…  
-          ¡Detente! – La interrumpí, me levante abruptamente con un dolor en el pecho, un nudo en la garganta y lágrimas empapando mi cara – no quiero oír mas, no quiero saber lo que paso, no quiero que me digas lo que siempre he sabido, por favor, calla…
-          Lo siento Sofí, no ha sido mi intención, solo descubrí que no lo he olvidado y lo que sentía por él sigue allí, yo lo a..
-          ¡CÁLLATE!  No siguas, Andrea por favor, no lo digas, no sé como resistir escuchar esa frase dedicada a otra persona, por favor, te lo suplico – Mi fuerza me abandono y caí de rodillas
-          Sofí yo…
-          No digas nada, solo, solo… - Mi llanto no me permitió continuar y ella como lo hacía cada vez que estaba mal intento por medio de un abrazo consolarme. Nunca antes su cuerpo me había parecido tan ajeno ni su tacto se había sentido tan extraño. – Aléjate – Susurre apenas, ella me observo y retrocedió. 

El silencio se apodero de nosotras, gélido, doloroso, imponente. Yo sabía que a su lado no era más que un remplazo y el juguete de segunda mano, pero después del segundo año creí que me había ganado un espacio, que yo estaba significando en su vida lo mismo que ella significaba en la mía, que por fin su rastro se había borrado y solo quedaba un recuerdo de lo que vivieron y lo que él significo, que él era parte de su pasado y es que eso es un recuerdo, pasado. ¿Cómo era posible que me dijera eso?  ¿Cómo fue posible que solo con un par de palabras de parte de ese imbécil lograran derrumbar todo lo que habíamos construido durante todo este tiempo?

No recuerdo con exactitud qué fue lo que me impulso a moverme ni si la vi o no al levantarme ni cómo fue que llegue a mi auto, tampoco tengo idea del tiempo que transcurrió mientras estuvimos allí sentadas o si me hablo mientras me marchaba. Lo único claro es que solo hasta que llegue a mi departamento encontré el giro y el peso completo de todos los acontecimientos. 

Los días pasaron sin piedad y yo como zombie, viviendo como una maquina sin el más mínimo motivo para continuar; casa-trabajo, trabajo-casa. Rutinario  y vacio, cada día insoportable. Sin embargo, un día mis sentidos se reanimaron otra vez cuando por desgracia escuche la fecha del dichoso día… 7 de noviembre, justo ese día cumplíamos 5 años de relación porque técnicamente nunca terminamos; las lágrimas amenazaron con salir, pero no podía desvanecerme allí, estaba en mi trabajo y con o sin ella, tenía la firme idea de continuar haciendo lo que había escogido hacer y fue precisamente gracias a mi amor por el trabajo  y empeño después de aquella noche por el mismo que en medio de mi ensimismamiento mi jefe se acerco y me propuso lo que definiría mi camino a partir de allí.

No engañaría a nadie si dijera que no me alegro la noticia, pero pudo más el peso del día que la felicidad de una nueva oportunidad en mi campo laboral. Llegue a mi casa y justo antes de abrir la puerta vi a mi mejor amigo acercándose apresurado a mi lado, solo le bastó una mirada para brindarme un abrazo protector y por fin en sus brazos desate todo mi dolor. Charlamos, llore otro tanto y finalmente cuando menos lo esperaba el timbre de la puerta se dejo sonar por todo el interior del lugar, él se apresuro a abrir y yo no imagine lo que vería. 

Estaba hermosa, quizás más que nunca  pero algo me decía que no venia por una reconciliación. Se sentó frente a mí, ni se inmuto por mi estado... Eso dolió. 

-          Hola – Ese fue el frio inicio de nuestra última conversación
-          Hola – Silencio, que  gracioso es cuando las personas que compartieron en su momento tanto olvidan hasta como hacer una conversación formal - ¿Qué haces aquí? – Me atreví a preguntar al cabo de unos minutos
-          Necesitamos hablar, las cosas no terminaron bien aquella noche
-          Se salió un poco de mis planes – Reí
-          Lo lamento, enserio lo siento Sofía - ¿Hace cuanto no me llamaba por mi nombre de pila? – Pero él ha cambiado mucho y bueno yo…
-          No digas mas, agradezco que vinieras aquí a aclarar las cosas, pero no quiero escuchar que lo menciones en mi hogar – Rabia, eso definía a la perfección lo que sentí en ese momento, yo llorando cada noche y ella con él sin ápice de arrepentimiento por lo que me estaba haciendo.  
-          Perdón Sofía, no fue mi intención que todo esto pasara, yo pensé que lo había olvidado, enserio creí que era parte de mi pasado y que tu y yo podríamos ser felices pero cuando lo vi…
-          Andrea – Se que mi voz sonó de cualquier forma menos calmada y apacible como generalmente sonaba por su mirada – No se si no me explique, pero no quiero es más te prohíbo que lo nombres aquí. – Pocas veces le había hablado en ese tono, pero en ese momento sentí como si me restregara en la cara que él siempre fue más que yo y estos 5 años no fueron más que una vil ilusión donde la única que se enamoro fui yo.
-          Sofía…
-          Si lo que quieres es decirme que lo nuestro llego a su fin, no te preocupes por continuar ya lo has dejado más que claro, ahora por favor, vete de aquí, no quiero seguir viéndote…
-          Sofía… - Busco mi mirada y sus labios temblaron ante lo que seguramente encontró en mis orbes
-          Vete Andrea, no acabes con mi paciencia pues te advierto que estas muy cerca de hacerlo.
-          Lo lamento mucho Sofía, enserio jamás quise que las cosas terminaran así - Entonces se marcho, dejando en mi cabeza el eco del adiós y en mi vida desamor.

Y así, dos años han pasado y yo sigo aquí llorando por su crueldad, como cada séptimo día de cada mes, en el mismo bar de la ciudad a donde, gracias a la oferta de trabajo que justo ese 7 de noviembre recibí de quien era el socio de mi jefe, me mude. Un lugar alejado de todo y de todos, una ciudad donde el 90 por ciento del tiempo tengo una vida donde el dolor solo es un recuerdo y logro sonreír con sinceridad a las personas nuevas que me encuentro, el otro 10 por ciento, lo tiene su recuerdo y como cada 7 en este mismo bar, entre copas y mas lagrimas lo intento ahogar.

-          Otra botella Camilo, porque hoy hace un dos años dañaron mi corazón y quiero celebrar con otra botella por la nunca me amo.

sábado

Hora de poner todo en su lugar


Desperté sintiéndome culpable, sintiendo que por mi culpa lágrimas han sido derramadas, furias han sido desatadas  y “accidentes” han tenido lugar…

Desperté sintiéndome culpable por mi forma de ser, por llegar a  ser tan cruel, por saber que mis actos hacen daño y aun así no detenerme. Es que jugar de este modo resulta peligroso en demasía, tanto para mi como para quienes involucro en este juego sin regreso, al final se que todos terminamos perdiendo ellos quizás unas lágrimas y yo un poco de mi alma, pero aun sabiendo esto no me detengo y sigo con mi bandera en el juego.

No puedo creer que un hecho me haya marcado de tal manera que ahora me ha convertido en esto, la pregunta del millón es ¿Quiero cambiar? El problema es que no quiero encontrar su respuesta, porque soy cobarde o quizá me gusta vivir así, lo único seguro es que al final de cuentas yo pagare mi condena cuando las cosas no se puedan detener detrás de una sonrisa y unas palabras sin rumbo, palabras que ante mis oídos son vacías y ante mi corazón carentes de sentimientos.

Por eso rumbo entre un sí y no, entre la indecisión y la desesperación y, en días como hoy, entre la culpabilidad que atormenta y me hace querer hallar una solución.

Sé que aun estoy a tiempo, sé que es momento aun de frenar todo esto, de dejar las cosas claras y hablar con el corazón, tirar las mascaras a un rincón y buscando piedad hablar a los implicados para finiquitar cualquier futuro dolor, pero me es difícil hacerlo porque de alguna forma una parte de mi quiere continuar de esta forma, mintiendo de este modo y acabando con las maravillas que pudiera llegar a construir sí dejara de ser así.

Hacer lo correcto, solo eso; sin embargo, no reconozco el derecho o inicio de ese acto natural de muchos seres humanos, quizás porque hace mucho deje de pensar en lo que podría pasar y me dedique a jugar. Ahora no sé cómo hacer uso de esa capacidad de un modo tal que mis palabras no dañen tanto a los demás…

Es extraño como una simple charla me ha puesto a pensar tanto, pero quien me hablaba tenía razón como muchas veces y si quiero evitar tantas cosas a las que le temo es momento de sentarme, con tranquilidad contarles y decidir aun cuando me pueda equivocar porque es lo mejor antes de que por mis tonterías todos acabemos mal. 

Soy culpable de tantas cosas que hoy solo quiero redimirme de alguna forma, soy humana, me equivoco, pero como tal, también se que debo aprender a aceptar las cosas que están mal, así quizá en un mañana pueda disfrutar de lo que desde esa persona deje de buscar y que aun así ha llegado una y otra vez a mí, pero no he sabido distinguir.


Es hora de poner todo en su lugar, aunque duela y no quiera, pues es la única forma de poder ser quien debo ser y sin temores ni ataduras entregar lo que debo, deseo y anhelo  entregar a la persona que se lo sepa ganar. 

domingo

Ángel de ocaso


Y allí, cándida y serena frente a mí se presenta, con sus frescas vestimentas mi corazón aceleran. Sabe que rendida ante ella mi alma se doblega, pero aun así, solo deja que a lo lejos la vea. 

Sus finos cabellos que se mecen con el viento en una danza que priva a todos del aliento; su mirar sin punto fijo sobre el firmamento, su tranquilidad propia y ese cuerpo esbelto, logran que pierda la noción del tiempo.
Cada día la misma rutina, ella viene a mi encuentro desde la colina, pero no se atreve a hablarme y yo no me atrevo a perturbar su silencio; solo la observo callada, anonadada y quizás desesperada, porque deseo con furor hacerla mi amada. 

Y es que… ¿Quién no quiere a un ángel que sin más baja del cielo a deleitar con su gracia a unos simples plebeyos? ¿Quién no daría todo por lograr acariciar la tersa piel de su cuerpo? ¿Quién no mataría por poseer el privilegio que yo tengo? Porque verla cada ocaso es un verdadero fuero.

Aun así yo solo la contemplo, porque el miedo es grande y valor no tengo para acercarme a ella y gritarle que su belleza me ha llevado al cielo, que su porte me domina, su gracia me cautiva y sus orbes penetrantes cuando en mi se fijan, cambian mi mundo y revolucionan todo sentimiento dentro de mi pecho. 

Ella es hermosa, idílica y encantadora; ella es tan única que se asemeja a un sueño; ella es simplemente mi mayor anhelo. Pero quién soy yo para detener su vuelo…

Mi consuelo es verla cada atardecer, perdida en su mundo y sus pensamientos, mirándome de vez en cuando, robándome el aliento, queriendo decirme algo pero arrepentida en el último momento volviendo sus ojos al inmenso cielo. 

Luego de que la noche llega con su oscura postura, ella se marcha a paso firme y deja un vacío en mi pecho y unas ganas inmensas de tomarla, no soltarla y allí mismo cada día unir nuestras almas, pero… No me muevo, no me atrevo ni a seguirla, ni a decirle un “hasta luego”. 

Y así día a día, vuelve otro ocaso con ella observando el firmamento, yo observándola a ella en un momento efímero pero verdadero. 

Esta rutina me hace odiar los días de invierno, porque mi doncella no baja a mi encuentro y me deja sola observando la lluvia desde el lugar marcado como “suyo” desde hace mucho tiempo.

Ella me permite detener el tiempo, cuando de la colina baja a contemplar el cielo, ahora este es nuestro mundo, un paraíso que disfrutamos cada día entre el ocaso y el silencio.

Así será cada tarde, pues yo solo observo y ella complacida me regala ese inmenso privilegio…