Soy
melancólica, egocentrista, egoísta, loca, con instinto asesino, vengativa,
antisocial, narcisista, con un orgullo casi inquebrantable, me gasto un genio
de los mil demonios, mi paciencia tiene un límite en ocasiones fácil de
alcanzar (así que no hay que tentar a la suerte), no me gustan mucho los
animales (menos si son mascotas de dos patas). Sigo sufriendo de insomnio,
duermo poco y como igual de poco, deje de hacer ejercicio y empecé a tener
malos vicios. Cuando ando susceptible cualquier cosa me puede poner a llorar como
niña de 5 años. Puedo ser muy fría si me lo propongo o si se lo buscan. Soy
fiel creyente del refrán que dice: “el que busca encuentra”; si mi paciencia
alcanza su límite no soy dada a quedarme con las manos cruzadas a ver como
resulta todo.
Mi
autoestima es relativa, mis estados de ánimo igual. No me despego de mi
computador o mi celular y siempre los llevo con contraseña, para evitar líos… Suelo
hablar solo lo que considero necesario. Vivo con una máscara que muy pocos han
logrado quitar y mantener así, los otros tantos solo ven lo que quiero que
vean. Me considero demasiado inmadura además de en exceso bipolar. Amo a mi
familia aunque a veces los quiera enviar a freír espárragos.
Soy
un caos en el amor, mis relaciones no suelen durar mucho (90% de los casos por
mi culpa). Dos posibilidades: no los entiendo
y ellos no me entienden. O, sencillamente, en algún punto yo quiero,
tengo, o lo que sea, pero hago algo que lo jode todo… Al final un problema en común
es que no soy buena para decir muchas cosas en voz alta y nadie sabe leer mentes ¿verdad?
Si
alguien que quiero logra hacer que mi orgullo se anteponga, suelo ser otra
persona y éste toma el poder de la palabra. Esto va muy estrechamente relacionado con mis límites.
Doy todo por aquellos que tienen un espacio en mi corazón (amigos o familia).
No se odiar a alguien, pero puedo cobrarme muy bien las ofensas.
No
me agrada recibir órdenes y detesto las injusticias. Me molestan las personas superficiales
y aquellas que hablan mal de otras a sus espaldas, más si esa “otra persona”
soy yo o alguien a quien aprecio. Detesto la hipocresía, es de las pocas cosas
que pueden sacarme fácilmente de mis casillas. Aunque tengo una gran habilidad y
facilidad para mentir.
Prefiero
la soledad con un buen libro y una cerveza, antes que la multitud y sus “atributos”.
Suelo ser cayada y digo solo lo que considero necesario o estoy muy segura de
ello. Evito, en la medida de lo posible, llamar la atención. Me importa un
bledo el “qué dirán” y suelo hacer lo que considere adecuado en el momento así
a todos les resulte poco ortodoxo, antimoral, vil o cualquier cosa.
Me
agrada escuchar música fuerte o el silencio bajo la luz de la luna. Leer algo
interesante y envolvente, jugar videojuegos en cualquier consola, ver anime o
tirarme al pasto a ver el cielo. Físicamente me agradan mis ojos, la forma de
mi boca y mi abdomen. No me importa el físico de mi pareja, aunque tiendo a
buscar personas a las que les agrade cuidarse. Soy homosexual declarada, aunque
quizá si exista alguien que me regrese al camino del “bien”.
Me
gusta mirar a los ojos, besar en el cuello y brindar caricias delicadas; pero también
me encantan los encuentros salvajes, los arañazos y la fuerza. Adoro la
diversidad y me considero bastante fetichista. Me desagrada la monotonía y la
poca creatividad. Según las personas que he besado, entre otras cosas, lo hago
bien. Prefiero brindar placer antes de recibirlo, aunque nunca esta demás
dejarse consentir un rato.
Sentimentalmente
me atraen personas mayores, generalmente. Me gusta que sean románticos y me
digan las cosas. Me encanta que se midan a hacer locuras conmigo pero que también
piensen en lo que les conviene para el futuro. Odio que me limiten y me crean
de su propiedad, aunque me encantan ciertos arranques de celos (pero muy de vez
en cuando). No me gusta que me pidan explicaciones o trasgredan mi privacidad
(hasta en los matrimonios más fuertes hay un espacio que le pertenece únicamente
a cada cual). Me matan las sorpresas o los detalles sin motivo, además me
vuelve loca la coquetería; ese continúo enamoramiento…
Suelo
tener muy pocas cosas claras y cambiar rápidamente de parecer. Soy descomplicada
en casi todo aspecto de mi vida, exceptuando mis estudios. Suelo dejar pasar
muchas cosas, de forma intencional o no.
Me
exasperan las paredes vacías y las conversaciones repetitivas. Me aterra la
oscuridad pero amo la noche. Me cuesta superar cierta clase de daños,
principalmente los que involucran dejarme de lado como si no significara nada -
con eso tienen para que mi orgullo salga a flote, mi personalidad de un giro de
180 grados y comiencen a dejar de importarme -.
Suelo
armarme películas con facilidad, pero también suelo ir en pro de la versión real
– o esa que te dicen lo es -. Prefiero descubrir las cosas que me duelen y
sacarme la espinita del pecho, antes que darle tiempo al tiempo. No me agrada
que me toquen el ombligo, generalmente.
Por
último, me gusta mirar todo desde todas las perspectivas posibles, sacar
conclusiones por mí misma. No tener que depender de otros y no deberle nada a
nadie (desde hace un par de días me empezó a importar poco el medio por el que
pague). Odio las respuestas como un “no sé”, “olvídalo”, “porque si”,
“porque no”, etc.; logran exasperarme con una facilidad increíble. Suelo hacer
verdad las palabras hirientes que las personas que aprecio dicen de mí, es mi
forma de no hacerlos ver como unos ‘mentiros’… Además si tienen esa concepción…
por algo será, así que mejor explotar el ‘potencial’. Y… Recientemente descubrí
que en la vida hay que vivir de todo, pues lo importante es vivir.