Y así se termina entre sabanas, gemidos y poco amor… No
importan las razones que nos arrojaron a esto, ahora estamos aquí moviendo
nuestros cuerpos, disfrutando de aquello que en antaño deseamos con tanto
fervor, pero que ahora solo es un desahogo de todo el dolor o quizás de aquello
guardado con tanto anhelo en el corazón… Terminamos, te cambias y nos vamos, el
tiempo no apremia, en pocos minutos tenemos una reunión. Salgo afanada de
aquella habitación, un sonrojo en mi rostro indica a todos que algo paso y tu
sonrisa triunfante remata mi color dando poco campo a la duda en aquel diminuto
espacio.
La reunión comienza y hablas como toda una experta, lo que
es de esperarse para la dueña de la empresa, todos estamos atentos a cada
palabra que sale de tus labios, aunque mi mente aun vaga en lo ocurrido minutos
atrás, en lo que esas frías paredes siempre con total recelo ocultaran. Me
miras por unos segundos y aquel carmesí regresa a mi rostro, tu solo sonríes de
medio lado y continúas con tu tan impecable exposición, nadie lo nota, pero
ambas sabemos la razón de aquellas reacciones que nos hacen cómplices de la
traición.
Das los últimos detalles, todos te aplaudimos y felicitamos,
tu estrategia, como siempre, resulta ser la mejor, sin duda alguna tu padre no
pudo dejar la empresa en mejores manos.
Después de unos minutos y la intervención de unos cuantos socios das por
concluida la reunión, uno por uno empezamos a retirarnos de aquel cuarto; yo
busco ser la primera, estar allí un poco mas hará que las escenas viajen por mi
mente como película a cámara lenta, mientras en mi vientre se empieza a formar
algo que en estos instantes me cuesta descifrar; ya no hay amor, pero hasta
hace unos instantes lograbas estremecerme y hacer que mi cuerpo perdiera el
control por un momento de efervescencia y calor; no había duda de que todavía
reclamábamos algo que todo lo acontecido borro.
Estoy a punto de salir y siento tu mirada no pierde detalle
alguno de mi, giro y nuestras miradas se enganchan, otro rubor pero ahora no es
precisamente solo en mi rostro, te has sonrojado, es casi imperceptible, pero
te conozco lo suficiente como para distinguirlo; alguien me llama logrando extraernos
del lugar donde en nuestras mentes nos encontrábamos. Observo el móvil y ahora
si salgo rápidamente al observar aquel numero en la pantalla del pequeño
aparato, ahora lo recuerdo, aquello que perdió importancia cuando tus labios se
apoderaron de los míos y lentamente de todas las zonas inexploradas hasta ese
entonces por ti; contesto buscando ocultar en mi voz cualquier signo de duda y temor;
trato a quien me habla lo mas cariñosa
que puedo y la persona al otro lado de la línea solo responde con igual o más
amor; finaliza la llamada y no tarda en hacerse presente esa punzada en mi
corazón… ”Esto no debió pasar nunca” susurro para mí misma - “Pero paso” me sorprendes, logrando que salte un poco,
solo sonríes y continuas con tu camino… Aquí no hay otra perdedora más que yo,
a ti no te importa nada; se que quizás hasta lo olvides en la madrugada, pero
yo… yo lo recordare cada mañana, estamos comprometidas pero un deseo nos gano “¿Cómo
pudiste hacerle esto?” Me reprocha el corazón.
Me quedo observando un punto muerto cuando de pronto una
cálida mano se posa en mi hombro sacándome de mi sopor, un nuevo susto me llevo
pero esta vez no eres tú sino mi buen amigo, quien en su pasado me convenció de
invertir aquí y quien ahora busca como alejarme para que deje de sufrir por ti.
Me mira directamente y reconoce al instante que algo paso, no me pregunta nada,
solo me abraza y me invita a salir lo más pronto posible de allí, no queda más
que hacer el día de hoy.
Llegamos a su automóvil y el interrogatorio comienza, niego
todas sus hipótesis pero al final yo misma me contradigo por mi reacción, el
suspira y observa el camino, su mirada se pierde en él y con eso me indica la
decepción que le he dado hoy. El silencio incomodo y abrumador invade el
ambiente, hasta que el abruptamente se detiene y me observa, temo un poco por
su impredecible acción, pero en sus ojos no hay nada más que decepción… eso es
peor; me abraza nuevamente y me pide perdón no entiendo del todo porque, si
quien ha fallado he sido yo, ahora sus ojos y rostro adquieren un semblante
distinto y se refiere a ti, Laura, como
si fueras todo un trol, la mala de esta historia, me duele un poco admitirlo, a
pesar de todo, porque sé que también he tenido gran parte de la culpa, pero al
final una mínima parte de mi corazón se empeña en creer que él tiene razón.
Terminamos en mi apartamento donde afortunadamente ella no
me espera, servimos un par de copas y tomamos con desesperación; el por quizás
buscar aliviar mi pena y su propio dolor, pero después de un rato como es de
esperarse por mi patética resistencia al alcohol, mi mundo se nubla y pierdo
toda noción de mi alrededor. Al despertar estoy en mi cuarto en ropa interior y
con mi chica durmiendo plácidamente en las mismas fachas que yo. Sé que mi
amigo me dejo dormir y espero a que ella llegara para irse a su apartamento que
queda en el piso superior. Me intento levantar silenciosamente en busca de algo
de agua para calmar la resaca, pero ella se despierta y me obliga a mantener en
cama para ella tomar su bata saliendo sin prisa de la recamara, a los pocos
minutos me trae a la cama un delicioso desayuno, con unas aspirinas y agua. Es
mi día libre y lo paso en casa, ella, mi esposa cuidándome como si de una
muñeca de porcelana me tratara, nuestra alcoba es testigo de nuestro amor,
mientras nuestras sabanas se tiñen una, dos, tres, cuatro y cinco veces aquel
día de desbordante amor, expresado entre nosotras por su máxima expresión.
Al verla dormir sobre mi pecho este se encoge con gran
dolor, no merece esto, no merece a alguien como yo, busco dormir pero me es
imposible, la culpa me acosa sin tregua alguna “Debo hablar con Nicole” pienso
antes de tomar mi celular y marcar, el repique del teléfono me empieza a
impacientar, pero después de soportar un poco más la suave voz de mi mejor amiga
se hace escuchar. Ella me aconseja, ya sé que hacer mañana o, mejor dicho, en
unas horas al despertar.
Decidida llego a la empresa sin saludar y prestar atención a
nadie más entro a la oficina de la presidenta, la tan aclamada Laura Soler,
ella me observa y se burla en mi cara, sabe a que he venido, al igual que yo la
conozco ella me conoce como si de una extensión
más de su propio cuerpo fuera. Dejo los papeles sobre su escritorio sin
pronunciar palabra y me dispongo a marcharme para no terminar por algún truco
sucio de su parte, de nueva cuenta en sus garras, mas sus palabras me frenan y
dejan congelada, tanto por rabia como por el dolor penetrante que termina mi
orgullo ya pisoteado en un tiempo por ella desde que nuestra historia paso a
algo más; “Sofía… Gracias por el momento de cama, has sido de los mejores
polvos, como si una perra experta fuera quien se metió entre aquellas sabanas” fueron
muchos años allí, una corta historia junto a ti y muchas lagrimas antes de que
lograras enredarme y llevarme a tu cama ayer en la mañana, para rematar como ya
lo esperaba con esas frías palabras una vez más, como se hizo costumbre ya,
lagrimas gritan por salir, pero eso sería darte gusto y ya estoy cansada de
llorar por ti, lo hice durante mucho tiempo, ya no lo pienso repetir. Respiro
profundamente y salgo de aquel lugar que en mi vida volveré a pisar. Al cerrar
las puertas de aquel sitio, escucho como algo se estrella y rompe contra una
pared, quizás sientas impotencia o por primara vez en toda esta historia logre
hacer que tu orgullo se estrujara como lo hacías a diario desde que permití que
la relación entre nosotras fuera algo más que solo compañeras, sea lo que sea,
ya no tiene importancia, después de esto mi vida no tendrá nada que ver contigo
y tus recuerdos se quemaran en la caneca del olvido. Mi próximo rumbo esta fijo, al final un nuevo
horizonte de felicidad podre observar, con quien siempre debí volar.
Llego a mi casa y allí la encuentro llorando un poco más,
con el teléfono entre sus manos, pero con una tímida sonrisa sus labios,
predecible tu jugada, pero ya tenía planeado todo esto, ella conocía aun sin
decirle nada lo que pasaba y esta mañana, después de llamar a Nicole, la
historia de mis labios fue confirmada, entre lagrimas y luego besos mi traición
fue perdonada y esta reacción tuya le confirma una vez más mis promesas en la
madrugada. Se levanta, va hacia mí y me besa entre lágrimas, la escogí a ella
en vez de a la gran Laura Soler y no importa la conexión que entre tú y yo
existió o quizás existirá, en este mundo mi vida la compartiré y entregare a la
chica que escogí y que noche tras noche me espera con calma para brindarme
aquello que su maravilloso corazón guarda.
Hay muchas heridas por curar, cosas por olvidar, pero
mientras sostenga su mano, Laura Soler jamás podrá hacernos daño, será parte del
pasado que se debe dejar atrás para volar y mejorar… Tal vez necesite un par de
años y acostarme por primera y última vez con “La Doctora Soler” para lograr
comprender que no era mi persona predestinada, pero mejor tarde que nunca y con
una mirada atrás por última vez, juro jamás volver a caer en un juego que en el
que siempre lleve las de perder. Tengo una segunda oportunidad, redimirme y amarla más y más será mi meta de aquí hasta que llegue mi final.