Mortalidad, fragancia sutil de soledad.
¿Quién eres?,
¿qué quieres?
¿por qué...?
Soy tu obsesión, tu pasado, tu aniquilación...
Eres mi dolor, mi angustia y desazón.
15 años y no hablas,
15 años y me atacas.
¿Por qué ahora y no antes?
Siento que vienes a matarme.
¿Así lo hiciste con ella?
La asechaste sin pena hasta firmar su condena.
¿Quién eres?
¿qué quieres?
¿por qué me hieres?
Tu psicología es absurda:
Maníaco asesino que vive de burlas.
Pero no me ganarás...
Si me matas, juro llevarte conmigo a las líneas del más allá.
El infierno es un lugar por el que vale la pena pasar,
si con ello te puedo torturar, acribillar y masacrar.
Te temo, pero en algún rincón te anhelo.
Abramos paso al juicio final...
Que venza el que sea, ahora da igual,
sólo quiero esta condena terminar.
Será una cita, un día...
Tú y yo poniendo fin a toda esta algarabía,
nos vemos sin policía...
(En honor a otras palabras y a escritos que se diluyen en memorias pasadas. Tómalo como mi agradecimiento por lo que nos regalas)