martes

¡Qué hablen, niña mía!

Hace tiempo, cuando era más joven y menos fría, mi madre sonriendo me decía: “Las orejas rojas se pondrán cuando alguien de ti esté hablando mal. Cuando un ser por mucho miserable, por no decirle cobarde y detestable, a tus espaldas te empiece a difamar.”

Hoy, ya mayor y con gélido corazón, creo que ella tenía razón. Alguien me ha hecho su tema de conversación. Con palabras posiblemente ponzoñosas, que me dejan la siniestra siempre roja, se están deleitando cada día por largas horas de sus vidas vacías.

Hablan y hablan, porque mis órganos de audición se mantienen encendidos y rebosantes de color.
Y entre más pasa, más sueños tengo… víboras mordiendo mis talones siento. Augurio de chismes y puñales traperos. me pregunto quién será que tanta saña por mí ha tomado ya.

Mas no pasa de una leve curiosidad, una que me lleva a reflexionar: ¿para qué perder saliva con .la hipocresía?, ¿para qué buscar lugar ante cobardes que no son capaces de la cara dar?, ¿para qué escuchar las mentiras? Es mejor erradicar de mi vida a tanta gente perdida.

Casi putas sin paga, que solo saben hablar de quien tiene un poco más. La clase de persona que vale la pena matar, como si de una cucaracha se tratara y ya.

Amantes que no han entendido su lugar, el de zorras de un momento cuando la calentura no se aguanta más. Perros falderos que buscan su final sin opción de reclamar.

Caras conocidas, putas furtivas.

Qué divertido es saber la verdad que intentan no dejar ver. Qué divertido es aparentar ingenuidad para después dar la estocada final.

Mis orejas se ponen rojas, a causa de la lengua ponzoñosa; un efecto que solo me genera curiosidad y que no es difícil de soportar. Pero…

A diferencia de lo demás lo mío tiene una cura al final; lo doble caras, solapadas, hipócritas y necesitadas son cosas que perduran todas las mañanas.

Casi como la mancha indeleble y el hedor que se mantiene.

Porque como mi madre decía, cuando yo era joven y menos fría: “tus orejas rojas se pondrán, pero eso pasará. La porquería de quien a tus espaldas habla u obra mal siempre se mantendrá y será su condena al final. Tú ríe niña mía, piensa que por la lengua tumbas han sido construidas; vale más una mujer con la oreja colorida que todas esas frutas podridas.”



miércoles

Quiero

           Quiero…
Quiero que me desees, pero no como se desea a un sueño.
          Yo quiero que me desees como se desea lo inalcanzable, lo prohibido, lo misterioso e intrigante.
                                                         Quiero que me desees con temor, con odio, con locura, con desbordante pasión y, de a tantos, con piscas de amor.
                                        Quiero que al pensarme tu piel se erice, tus pupilas se dilaten, tu sangre se acelere y tu sexo se caliente.
                            Que al imaginarme no puedas hacerlo de otra forma que no sea desnuda… con una capa de sudor en mi cuerpo, mis pezones completamente erectos y mi intimidad, empapada, clamando tus dedos.
                     Quiero que tu lengua se muera por recorrer mi cuerpo, probar cada rincón; que tu saliva se mezcle con mis gotas de sudor.
             Que tus dedos no encuentren mejor lugar que estar en mi interior, que con ellos me obligues a soltar gemidos y gritos que aumenten nuestra exaltación, que aceleren nuestra respiración.

Quiero que me anheles tuya, por completo y sin dejar ningún recoveco.
Quiero que tu adicción se mi sabor y tu delirio…
                                                              Tu delirio mi cuerpo.
                                                               Que para ti no exista mayor placer que mis manos empezándote a recorrer, que el tacto de mi cuerpo quemándote la piel.

                Quiero que anheles nuestros encuentros con vehemencia, sin prudencia, sin vergüenza, sin que haya tiempo de espera ni de mimos siquiera.
Quiero que la pasión nos devore y que el amor… en un rincón se acomode.

            Quiero que te olvides de tu nombre mientras mis labios te recorren, que me ruegues un poco más, que gimas y grites sin parar o descansar.
                                   Que tus uñas se claven en mi piel y que el éxtasis invada por completo tu ser.
                        Quiero que me marques como tuya al tiempo que yo te marco como mía.

 Quiero ser la única que tus deseos pueda saciar y al mismo tiempo la única que los haga despertar.
                                              Quiero que sin palabras formemos un acuerdo donde no haya que reprochar, tampoco que criticar.
Un acuerdo donde yo sea tu placer culpable, tu secreto más grande; donde tú seas mi sueño indomable… mi musa de encuentros fugaces.


                                              Quiero que camuflemos el amor entre besos, encuentros lujuria y pasión.
                             Quiero que vueles y seas libre, pero que jamás olvides mi calor.
              Quiero…
    Quiero simplemente que me desees sin compasión y que aun en la distancia mueras por tener mi cuerpo desnudo, bajo el tuyo y perlado de sudor.


Tengo miedo

Tengo miedo…

       Yo, a quien nada le afecta, nada le hiere, todo lo supera con una sonrisa en los labios, todo lo ignora mientras sigue cantando.

     Yo que me encierro entre máscaras, entre palabras nunca pronunciadas, entre letras tergiversadas…

Yo… que fanfarroneo de inmutable, invencible, imperturbable…

…Yo realmente me encuentro aterrada.
         Aterrada por la idea inconclusa, por la posibilidad tan poluta. 
Aterrada por esos fantasmas que aún no son palabras, pero que me han quitado la calma.
                  Aterrada por un ser que puede ser…
     Aterrada por el olvido de algo que no querrá renacer.

Tanto miedo, tanto temor… siento que un ataque de pánico hará explotar mi corazón.

      Las manos me tiemblan, las piernas mi peso no llevan, mi corazón acelerado desespera y mi alma…

     Mi alma solo un deseo anhela: que las sospechas nunca sean ciertas y que mi sexto sentido, que grita y martillea, se equivoque en este dilema.

¿Cómo podría reaccionar?, ¿qué podría contestar?, ¿cómo podría perdonar?

        Yo que también lo quiero, pero que encierro mi deseo en el paso del tiempo.
Yo que también lo espero, pero que en muchos puntos concuerdo.

Yo…                        

¿Cómo podría continuar?

     Es presagio y agravio, aspiración y culminación.
                             Es miedo y es confusión, es angustia y dolor.
            Es pensamiento y es infierno, es tormento y padecimiento…
   Es un plan hecho trizas,
Son años convertidos en ruinas.
     Es más de lo que puedo soportar,
                si mi medio se manifiesta en realidad.

Aterra, atemoriza, espanta, amedrenta, acobarda, enloquece y alarma…

Más sobre todo aquello: duele…

    Duele y me llena de rabia, de una frustración que no se puede expresar en palabras.

Duele por el engaño, molesta por saberlo confirmado.
                                        Indigna por tu estupidez, irrita por mi insensatez.
               Hiere por la manera, desilusiona por la pena.
        Aterra por la prueba, me acaba… Me acaba por secuela.
Sólo espero que mi presentimiento no sea cierto;
     que las coincidencias solo existan en mi cabeza,
          que lo que grita verdad sea mentira;
               y que esta desazón sea producto de la imaginación.

Sólo espero…

Y espero porque te quiero y odiarte…


Odiarte no lo deseo, más el perdón no podrá tener voto o razón si la ruleta no juega a mi favor. 

Piérdete "animal feroz"

Me enferma, me enerva, me quema.

¿Y aún así me cuestionas mi falta de confianza? Vil alimaña que me tiene atrapada. Ya por fin observo tu calaña; ya por fin reconsidero los placeres del amor en otras damas.

¿Por qué no puedo yo jugarte con las mismas cartas?

Hay un dicho popular que dice que “ojo por ojo” ante la atrocidad. Con un ser tan despreciable la venganza es lo menos reprochable…

… Quitarte las garras, arrancarte los dientes, doblarte las patas y hacer que me ruegues.

Que la venganza es un plato que frio a de comerse, pero en el que calentar encuentro mi deleite.

Me pregunto cuántas féminas han pasado por tus zarpas, ¿será que si te digo por las mías cuántas, dejarás de ser una alimaña?

 No hay peor que un ego herido, no mayor satisfacción que ver tu orgullo vencido.

O dime tú ‘animal feróz’, ¿no te ‘divertiría’ verme en acción?

Como dama se tratar a otras damas por igual y de placer me hacen vibrar cuando sus gritos se dejan escuchar.

La pasión interminable a la que no puedes compararte; créeme, ni a los tobillos les llegaste.

Tú hace mucho que has perdido la fuerza y los estribos. Ahora sólo intentas llegar a qué ¿15 minutos o unos segundos más?, mejor deja que te pongan el collar, el ‘salvajismo’ contigo está de más.

Tras de patetismo, egocentrismo; ¿no son muchos males para un solo individuo?  

Que raza tan singular la que has decidido emular. No crees que haces menos mal si dejas a tu mierda natural aflorar sin rechistar.

El lobo con piel de oveja hace mucho dejo de funcionar, ni siquiera el perro Sam lo deja ahora pasar.

Acepta tu nimiedad, a mi espíritu deja de fastidiar y vete libre a las putas conquistar.

Te aseguro que no me quieres hacer enojar, tú y yo sabemos que la impaciencia es mi gran mal y la gota el vaso ya quiere rebosar.


Aléjate vil cobarde, pierde aquello que te quedo grande. Yo no quiero hacer gran mal… no me obligues a mi resolución mutar. 

jueves

Me duele ahí

Me duele ahí… En ese lugar donde los medicamentos no tienen efecto, donde lo natural no puede curar el mal, donde los doctores no saben qué recetar.

Me duele ahí… Entre las costillas.

Me duele ahí... justo ahí en medio del pecho, que solo se comprime en un agonizante proceso.

Me duele ahí como si fuera una afección pulmonar que no me deja respirar, como si fuera el corazón ante un infarto terminal.

Y ahí me duele, justo en ese órgano que palpita…

 Ese que antes se movía acelerado por tu sonrisa y hoy se retuerce sin medida preventiva.
Me duele ahí, justo en el alma: En donde ya no valen palabras, donde ya el espíritu se ha cansado de derramar lágrimas.

Me duele ahí en un yo entregado que has roto en mil pedazos… Aquel yo que has dejado con la sonrisa partida y los ojos sin vida.

Y me duele…

Me duele como el karma mal encausado, el anhelo absurdo del desesperado.

Me duele como el recuerdo dulce que no volverá, los momentos de risa que se fueron sin más.

Me duele ahí donde había mariposas, porque ahora estoy intoxicada con sus sobras. 

                            Me duele ahí entre esos cadáveres venenosos que antes fueron prueba de mis gozos.
Me duele en la memoria, con parpadeos fugaces de fatídicas imágenes.

Me duele mi penúltimo acto de amor… Entregarte una confianza que sin miramientos tiras a la nada.

               Me duele y me dolerá aun después de mi acto final: en silencio dejarte marchar.

Y me duele…

Me duelen las lágrimas que ya no tengo, la garganta reseca de tantos gritos internos.

Me duele ese sueño que nunca se hará realidad, la ilusión que está condenada a terminar mal.

Me duele la entrega, la condena, la pena…

Y me duele todo, casi en todas partes, porque todas eran tuyas y tú las destrozaste…

Y me duele aún más, porque no sé cómo me voy a sanar…

Me duele ahí, aquí y allí. Me duele incluso lo que no debería existir.

Me duele el miedo, el mismo anhelo.
Duele la esperanza,
Duele la añoranza.
Duele dormitar,
Duele soñar y
Duele despertar.

Me duele ahí donde te instalaste, donde sólo gastos dejaste.

Me duele todo, porque todo te di…


            …y me duele aún más porque te debo dejar ir, no hay final feliz para mí.    

viernes

Es una cita

Mortalidad, fragancia sutil de soledad.

¿Quién eres?,
         ¿qué quieres?
¿por qué...?

Soy tu obsesión, tu pasado, tu aniquilación...
                         Eres mi dolor, mi angustia y desazón.

15 años y no hablas,
        15 años y me atacas.

¿Por qué ahora y no antes?
              Siento que vienes a matarme.

¿Así lo hiciste con ella?
             La asechaste sin pena hasta firmar su condena.

¿Quién eres?
        ¿qué quieres?
¿por qué me hieres?

Tu psicología es absurda:
           Maníaco asesino que vive de burlas.

Pero no me ganarás...

Si me matas, juro llevarte conmigo a las líneas del más allá.
         El infierno es un lugar por el que vale la pena pasar,
si con ello te puedo torturar, acribillar y masacrar.

Te temo, pero en algún rincón te anhelo.

Abramos paso al juicio final...
      Que venza el que sea, ahora da igual,
sólo quiero esta condena terminar.

Será una cita, un día...
       Tú y yo poniendo fin a toda esta algarabía,
nos vemos sin policía...

(En honor a otras palabras y a escritos que se diluyen en memorias pasadas. Tómalo como mi agradecimiento por lo que nos regalas)

Aclararemos algo


Vale. Vamos a aclarar algunas cosas:

1.      Que sea amable contigo no indica que me gustes, que quiera algo contigo, que te puedas hacer ilusiones o, lo que es peor, que creas que te estoy cayendo.
2.      Si acepto o envio una solicitud de amistad es porque tenemos intereses en común. Estamos en algún grupo, publicaste algo que me gusto y ya. No quiero lidiar con un patético intento de ligue. Sólo una persona ha conseguido tener éxito con algo así y te aseguro, no le llegas ni a los talones.
3.      Si hablamos y nos divertimos juntos(as) no implica que esté buscando llegar a algo más contigo. Estoy en un momento de mi vida donde quiero conocer gente para hacer amigos y redescubrirme. No busco coqueteos, ligues, enamoramientos y cualquier cosa que se pueda relacionar.
4.      Si por alguna razón tienes mi número de teléfono eso no te da derecho de llamarme a media noche. No le contesto a personas realmente importantes a esa hora, ¿qué te hace pensar que tú serás la excepción?
5.      Me emberraca que me pregunten si tengo novio o novia. No porque la pregunta no sea fácil de responder, sino porque no te importa si me tiro a media Bogotá o si estoy más sola que un hongo. Mi vida privada solo la comparto con un puñado de personas.
6.      Si acepto ir a tomar un café, hablar un rato o lo que sea, NO estoy aceptando una invitación a un interrogatorio. Ahórrate tus esfuerzos y no pierdas tu tiempo. Si tu intención es buscar a una chica con la cual salir o pasar el rato en el sentido romántico-sexual, ni siquiera te esfuerces por escribirme.
7.      No soy lesbiana, bisexual, hétero o cualquier otra etiqueta que quieras ponerme. Por ahora solo me catalogo como alguien que está feliz consigo misma. Si me acuesto con hombres, con mujeres o con mis osos de peluche no es relevante, porque no busco nada cuando te hablo.  
8.      Si no acepto volver a hablar contigo mucho menos pienso aceptar algún trio u otro tipo de propuestas. Entiende que no es NO.
9.      Y por último, ¿es tan difícil para ustedes dejar de pensar en ligues y sexo? El amor es un sentimiento que vale la pena disfrutar sin prisas. NO SE BUSCA, simplemente llega y te cambia la vida en 180 grados – tanto si es correspondido, como si no o si se termina – La soledad es buena si sabes cómo llevarla. No dañes lo que podría ser una linda amistad por una calentura.

          Y aclaro, no es que con todo lo anterior me crea la última coca-cola en el desierto o que quiera hacerme pasar por interesante, difícil o qué se yo que puedan pensar. Sólo que mi vida emocional en los últimos 3 años no ha sido la más estable del mundo. No me interesa echarme problemas encima. No quiero encontrar más que amistades. Quiero ser yo: una chica de 21, que pronto cumplirá 22, amante a la lectura, a la escritura, a su carrera y, aunque le cueste admitirlo, a la vida. Quiero ser una mujer que vive por y para ella, no una fémina que vive en función de otra persona… pendiente de si salió, si comió, si  dijo la verdad o no. Y justo en el último mes me he encontrado con personas que tienen otro planes. 


         Actualmente yo encabezo y finalizo mi lista de prioridades. Tengo tanta mierda encima que solo quiero limpiarme, sanarme y encontrar mi paz. Así que frena de una vez por todos tus intentos por algo. Quiero una amistad, no idiotas pululando a mi alrededor con desespero para conseguir algo que no van a conseguir. Si tu objetivo es igual al mío eres bienvenido(a) a mi vida, de lo contrario yo misma me encargaré de cerrarte la puerta de la peor forma. 

No esperes nada de nadie

         Para que nada de destruya, no derribes tus murallas.
Para que nadie te decepcione, no confíes en nadie.

         Para que nadie te traicione, no muestres más de lo necesario.
Para no sufrir por amor, no te entregues a nadie.

       Control…
Seis letras, una palabra.

           Controla tu vida,
controla lo dicho,
controla lo expresado,
controla tus sentimientos,
controla tu entorno,
contrólate a ti.

      Erradica…
Otras ocho letras.

         Erradica la confianza,
erradica tus sentimientos,
erradica los estorbos,
erradica la esperanza,
erradica tu alma si es necesario para evitar nuevos daños.

     Olvida…
De nuevo seis.

          Olvida a las personas, céntrate en ti,
olvida el pasado, sigue tu vivir,
olvida el cariño por alguien, naciste sólo y así vas a morir.

          Se egoísta…
Nueve letras, dos palabras, un simple dictamen.

          Se egoísta con tus sentimientos,
nadie tiene el suficiente derecho para conocerlos.

         Se egoísta con tus metas,
son tuyas y nadie tiene porque dar su opinión sobre ellas.

         Se de hielo…
Vuelven a ser nueve letras, mas hay tres palabras y mucho de por medio.

          Se de hielo, para que nadie se atreva a tocarte,
se de hielo, para que muy pocos quieran encontrarte,
se de hielo, para que el valiente se queme al tentarte.

          Se de hielo, para que no sientas nada,
se de hielo, para nadie lea tu mirada,
se de hielo, para congelar con palabras.

         Se todo lo que de niño te piden que no seas.
Se todo lo que el mundo tema.

         Se lo que sea necesario para que no te hieran.
Se lo mas inalcanzable para que nadie haga la prueba.

                       Y después…

         Después de que todo eso seas, que te tilden de lo que quieran:
Egoísta, desalmado, sin corazón, calculador, controlador, abominación.  

             Que todo mundo grite y piense lo que quiera.
Mas que nunca olviden que uno no cambia por cualquiera,
son más que culpables por lo que tú seas,
ellos te han hecho así, aun cuando no lo vean.

                               Que te teman, te supliquen, te respeten, que te imiten.

         Amarás la soledad, fortaleza de donde sea encontrarás,
las idioteces del amor olvidarás y vivirás.

         Es la ley del mundo,
sólo sobrevive el más fuerte.

          No rompas tus reglas,
no abras tus barreras,
no rompas tus murallas,
no acerques a nadie a tu alma.

No esperes nada de los demás y jamás te volverás a decepcionar.





Hablo con paredes

Hablo con paredes, tantas que a veces me siento en un cuarto de manicomio gritando disparates que a nadie le importan. Y claro, si hablo con paredes se puede pensar que necesito estar en un lugar así, pero no.

No me incomoda hablar sola, en realidad es una de las cosas que más me gustan para recordar cosas, pensar, hacer catarsis, vivir. Reconozco que soy un yo dividido en partes y necesito hablar con cada una para lograr el equilibrio. Tengo mis ratos locos de monólogos, mis largas conversaciones con la almohada (que no son más que otra forma de hablar sola), mis confesiones a mis osos de peluche (sí, tengo 21 y aun hablo y duermo con ellos). Yo le doy importancia a mi yo interior y para eso necesito exteriorizarlo.

Más no es de eso de lo que se trata esto. Yo hablo sola y me escucho a mí, luego yo tengo una conversación conmigo misma. Eso dista mucho de hablar con una pared.

Cuando digo entonces que hablo con paredes me refiero a que lo hago en un sentido metafórico. Porque yo hablo con personas, hago confesiones a personas, dedico tratados completos a personas… pero suelo encontrarme con personas que no responden. Personas que parecen paredes, que por más que les hablas y desnudas el alma ante ellas... no reaccionan.

Hablo con paredes cada día, unas me importan más que otras, unas que me duelen más que otras.

No es que siempre haya una respuesta acertada a mis ocurrencias, pero… debe haber una respuesta, ¿no? Es ahí, en ese momento donde no hay respuesta, donde me doy cuenta de que hablo con paredes, con objetos inertes… y me cuestiono si debo seguir malgastando tiempo en ello.

El ser humano, según me han enseñado años de carrera universitaria, es un ser que necesita comunicarse y no comunicarse de cualquier manera, no. El ser humano es un ser que necesita comunicarse exitosamente con alguien. Por eso existen los idiomas, los gestos, el habla, la escritura, el dibujo, las artes… Todas y cada una de estas manifestaciones expresan la necesidad imperiosa de comunicarse, de transferir ideas, de interactuar con el otro.

Cuando eso falla, no solo estás haciendo algo mal, sino que falla toda la estructura social en la que estás inmerso. Sino logras tener un intercambio de ideas exitoso, no logras encajar en un grupo, no logras mejorar tus relaciones, no logras resolver tus problemas.

Por eso me preocupa tanto el hablar con paredes, por eso hoy he tenido la necesidad de escribir. Me molesta no ser escuchada; me incomoda ser ignorada; me deprime hablar con paredes porque me hace acercarme a la locura, pero sobre todo, me hace comprender lo mucho que detesto aquello y lo agradecida que estoy por haber dejado ese grupo.

Porque sí, yo fui una pared. Fui una pared tantos años de mi vida que me parecía normal aquello, mas alguien me hizo ver que eso no era correcto. Ha sido tanta su importancia, aprendí tanto de esa persona que la llevo tatuada en el cuerpo e intento poner su enseñanza en práctica. Yo dejé de ser una pared para darme cuenta que el mundo está lleno de ellas.

Es que tú no puedes ignorar cuando alguien te habla, no puedes sacudirte las palabras y hacer como si nada. Yo he visto matrimonios, alianzas, empresas y proyectos fracasar por esa actitud. ¿Cómo no va a preocuparme entonces estar rodeada de paredes?

¿Tanto miedo hay en la sociedad de expresar lo que se siente, de ser medianamente transparentes?, ¿tanto nos hemos aislado los unos de los otros que no podemos responder cuando hay cosas importantes de por medio?, ¿tanto miedo tenemos a desnudar el alma?

¡Ilógico! ¿Y yo soy la que cree que necesita un psicólogo?

Nos cuesta poco acostarnos con alguien a quien conocimos en una fiesta, dar sonrisas a cuanto quiera… pero hablar, con todo el peso que tiene ese verbo, nos da pavor. ¿Qué tiene de malo?, sino puedes ser sincero con tus padres, con tu pareja, con tus mejores amigos, entonces resígnate a una vida de soledad y no te atrevas a culpar después a los demás. Acostúmbrate a vivir en un mundo lleno de hipocresía sin tener ninguna salida.

Hay cosas que se demuestran con actos, hay otras que se exteriorizan con palabras. Yo no puedo soportar hablar con una pared. ¡Ya no más!

Si no puedo comunicarme contigo; si no puedo abrir mi caja de pandora y que tú abras la tuya; si no puedo tener una charla donde no haya máscaras, donde no se ignoren los problemas, donde seamos nosotros mismos sin murallas por delante… si no puedo lograr eso, entonces no podré tener una relación contigo. No podré tenerte de amigo(a), no podré tenerte como pareja, no podré tenerte como compañero(a). Porque yo no puedo hacerme la de la vista gorda ante las circunstancias, yo ya no puedo volver a ponerme la máscara porque estoy cansada de llevarla.

Estoy cansada de paredes. Estoy agotada de la hipocresía. Estoy mamada de llevar una máscara de sonrisas fingidas. Quiero sinceridad, quiero aceptación, quiero compaginación, quiero comunicación. Quiero que por lo menos con unos cuantos pueda ser yo y que ellos puedan ser ellos conmigo. Ya no quiero más secretos, ya no quiero más mentiras. Ya no soporto una múltiple personalidad, en la que aquí son unos y a mi espalda otros.

Yo lo necesito…

Necesito esa sinceridad y saber con quienes contar. Necesito entregarme sin reservas y prudencias. Necesito derrumbar esas paredes y hablar con gente.

Si no puedes o estás dispuesto(a) a eso… te dejo la puerta de salida de mi vida abierta. Si te quedas ya sabes las reglas.




jueves

De días hormonales

Jueves…

De nuevo he dormido menos de lo necesario. Llegué poco antes de  la media noche, casi al borde de la inconciencia y apestando a alcohol. No le culpo por su mal humor. Tuve la oportunidad de ir a otro lado, al final mis amigos me dejaron para el taxi, un préstamo que ya debo devolver.  Sin embargo, necesitaba tu abrazo. (Patética y bipolar).

No recuerdo por qué habíamos discutido, creo que todo fue por una de mis explosivas reacciones, (¿alguna otra mujer a parte de mi odia los cambios hormonales cuando llega su regla?). Suelo ser tan insegura…

Yo quería un abrazo, quería mimos. Creo que es lo único que nosotras queremos cuando a nuestro vientre se le da por torturarnos con cólicos infernales que son acompañados por terribles cambios de humor. Quería que me estrecharas en un abrazo, que me susurraras al oído palabras cursis y bonitas, que besaras mi cuello haciéndome cosquillas… Llevaba dos noches esperando lo mismo y ésta fue la tercera.

No fue tu culpa, en parte… Mis amigos, mi repentino cambio de planes…

Ayer fue de esas raras y extraordinarias ocasiones en las cuales todos nos reunimos. Lástima que mi tormento no hace parte de ese grupo. Bebimos, reímos y yo debía irme, no lo hice…

Y creo que ese fue el problema. Celebramos nuestra reunión, hablamos de amores y desamores, me cuestionaron ese “tú y yo” que al parecer nadie entiende. ¿Tan raro es que te quiera?, ¿o lo raro es que, siendo como soy, tú me quieras a mí?. No lo entiendo, ni lo entendí en aquel momento.

Confieso que te defendí a capa y espada. Les conté que definitivamente me encontraba enamorada, que llevo años estándolo. Les expliqué lo mucho que disfruto estar contigo, que a nuestra manara somos felices… yo con mi locura e intermitencia, tú con tu seriedad y paciencia. Les hablé de lo mucho que nos compaginamos, de nuestras horas jugando, de nuestras cenas y días en la cama. Les hice alarde de tu desempeño en la cama, de lo segura que me sentía cuando me abrazabas. Les confesé que jamás esperé sentir tanto, que sí, tenían razón cuando decían que lo nuestro estaba a un paso de parecer un matrimonio y que no me molestaba la idea de que pensaran que era así. Yo soy feliz.

Soy feliz estando contigo, no porque me hagas feliz, porque hace mucho comprendí que para serlo no necesito a nadie conmigo sino estar en paz conmigo. Y tampoco me malentiendas, no recuerdo momentos más alegres y agradables que los que he pasado a tu lado. La cuestión es que soy feliz porque creo que juntas estamos bien, que nos complementamos y con ello vamos cumpliendo metas, vamos siendo felices y compartiendo esa felicidad.

El dilema es que creo que tan en paz no estoy. Traigo demasiados fantasmas encima, uno que otro demonio y una conciencia que no se queda tranquila. No porque haya cometido el mismo error, no porque no haya obtenido perdón… sino porque yo no logro perdonarme.

Te hice daño, demasiado. ¿Cómo puedo sentirme bien cuando el peso de aquellos sucesos me golpea con fuerza en mis momentos ‘hormonales’? No es mi intención desquitarme contigo, sólo no sé cómo manejar esa carga, no sé cómo purgar mi alma y dejar de pensar en el karma. ¿Has notado que todos los problemas, nuestras discusiones, tienen ahí su raíz?, y tengo miedo…

Me aterra la idea de que por ello todo acabe. Me atemoriza no llegar a ser suficiente, no poder superar este bache y que lo lindo se olvide. ¿Quién puede culparme?, no he tenido buenos referentes de relaciones estables, mucho menos he tenido las cosas fáciles. Por el contrario tú… tú tienes todo para lograr tus metas, lo veas o no, lo sientas o no. Eres una persona rodeada de gente que te aprecia, te apoya, te cuida; cada uno de ellos igual de exitoso a como lo eres tú… ¿cómo puedo competir contra eso?, ¿qué puedo ofrecerte yo que tanto daño te he hecho?

Me siento débil, ofuscada, melancólica, abatida, desarmada o destrozada.

¿Entiendes que todo para mí se potencializa en esta horrible semana? Intento ser fuerte los otros 25 días del mes, te juro que lo hago, aun cuando mi personalidad es cambiante por naturaleza. Pero estos días… en estos malditos días de cólicos, hormonas y sensibilidad no puedo con todo… exploto y lamento que seas tú quien suela llevarse la peor parte aunque intente que no pase.

¡Te necesito tanto!

Hoy más que cualquier día… esta semana más que cualquier otra del mes.

Soy tan jodidamente sensible. Sabes que en condiciones normales incluso un ánime me hace llorar, ahora imagina un mensaje que lees y no respondes justo en estas fechas. Un mensaje donde sacaba algo de esta cursilería tan propia de mí. Ese fue el detonante. Lo sabías, te había dicho, te había incluso pedido esos tan ansiados mimos que evitarían mis lágrimas; más respeté que tuvieras otros planes y llegaras tarde, respeté tu cansancio, respeté e intenté velar tu sueño. Pero no pude aguantar con el mismo temple eso.

Aclaro, no te reprocho aunque todo diga lo contrario; sólo te hago saber lo que para mí significa todo ésto, lo complicado que es. ¿Puedes culparme?

Estos días para mí son una tortura, esta fecha del año lo hace empeorar.

Lamento volver a hacerte daño. Lamento volver a hacernos discutir. Lamento que en mi memento de vehemencia las cosas siempre se me salgan de control. Intento cambiar eso por mí… y en gran medida por ti, pero ya sabes todo la historia que hay detrás.

Necesito curarme y sanar. Me gustaría que me ayudaras en el proceso, más hoy no te voy a pedir nada. Estoy cansada y creo que tú también lo estás, quizá es tiempo lo que necesitemos y ya.

Perdón si por hoy me he extendido, perdón si entre tantas cosas te has perdido. Escribir es mi catarsis y aún entre lágrimas ayuda a que mi sistema se regule. Perdón aunque ya no sé qué me debas perdonar. Perdón aun cuando no sé si es a ti o mí yo a quien se lo pido.