Quiero escribir una
historia que con cada letra elimine mi memoria, deseo empezar a olvidar lo que
por tanto tiempo a mi alma empieza a envenenar porque así puedo volver a
empezar y alejarme de todo aquello que hoy por hoy no me deja pensar con
claridad. Quizás mi madre tenía razón, quizás debí tomarme un tiempo para
palpar el peso de lo que el mundo prepara con desazón.
¿Estresada? Quizás
¿Agobiada? Otro tanto ¿Confundida? Ni dudarlo ¿Destrozada? Eso no viene
importando ¿Sin valor? Lo perdí cuando él cayó ¿Con anhelos? Prefiero no
hacerme gran ilusión ¿Mi deseo? Olvidar hasta quien soy ¿El motivo? La vida me
ha enredado la razón.
Nunca imagine que las
cosas pudieran tomar este rumbo, nunca quise pensar en lo que para mi depararía
el destino, pero heme aquí el día de hoy, con dos fechas lacerando mi corazón, temiendo
hasta salir al sol y no queriendo afrontar los problemas que sin medida se
aglomeran a mi alrededor.
Creí ser fuerte pero rápidamente
comprendí que no hay tal cosa en mí, no sé ni cómo seguir ahora; ya hasta el
estudio me parece una actividad agobiadora que pierde importancia con el paso
de las horas. Me pregunto qué diría él si me viera así, aunque igual sé que no
se daría cuenta porque como siempre mis problemas mantienen encerrados en el baúl
de mi conciencia.
No sé como llegue a este
punto; mi padre recuperándose de un derrame cerebral, mi madre con una afición
al juego que no puede controlar, mi hermano mayor sufriendo por la
responsabilidad, mi otro hermano sin saber cómo nos puede apoyar yo… Yo sin novia, sin ganas de luchar, con
recuerdos que amenazan con hacerme explotar, buscando alternativas para poder
ayudar a mi familia, queriendo apoyarlos y junto a mi hermano las
responsabilidades y demás problemas ir alejando; sin embargo, el problema se
representa cada mañana cuando la realidad queda expuesta y me encuentro con que
solo soy una niña caprichosa que aun con todo lo que ha pasado no ha madurado.
Hablo como si supiera,
como si de verdad pudiera pero al fin de cuentas solo es una muestra de la
retorica que aprendí a utilizar, no es una escena de fortaleza ni son ganas de
cambiar…
Así se siente mi conciencia... Sola, entre tinieblas y con una gran tormenta. |