lunes

Sin fuerza una vez mas...


Quiero escribir una historia que con cada letra elimine mi memoria, deseo empezar a olvidar lo que por tanto tiempo a mi alma empieza a envenenar porque así puedo volver a empezar y alejarme de todo aquello que hoy por hoy no me deja pensar con claridad. Quizás mi madre tenía razón, quizás debí tomarme un tiempo para palpar el peso de lo que el mundo prepara con desazón. 

¿Estresada? Quizás ¿Agobiada? Otro tanto ¿Confundida? Ni dudarlo ¿Destrozada? Eso no viene importando ¿Sin valor? Lo perdí cuando él cayó ¿Con anhelos? Prefiero no hacerme gran ilusión ¿Mi deseo? Olvidar hasta quien soy ¿El motivo? La vida me ha enredado la razón. 

Nunca imagine que las cosas pudieran tomar este rumbo, nunca quise pensar en lo que para mi depararía el destino, pero heme aquí el día de hoy, con dos fechas lacerando mi corazón, temiendo hasta salir al sol y no queriendo afrontar los problemas que sin medida se aglomeran a mi alrededor.

Creí ser fuerte pero rápidamente comprendí que no hay tal cosa en mí, no sé ni cómo seguir ahora; ya hasta el estudio me parece una actividad agobiadora que pierde importancia con el paso de las horas. Me pregunto qué diría él si me viera así, aunque igual sé que no se daría cuenta porque como siempre mis problemas mantienen encerrados en el baúl de mi conciencia.

No sé como llegue a este punto; mi padre recuperándose de un derrame cerebral, mi madre con una afición al juego que no puede controlar, mi hermano mayor sufriendo por la responsabilidad, mi otro hermano sin saber cómo nos puede apoyar  yo… Yo sin novia, sin ganas de luchar, con recuerdos que amenazan con hacerme explotar, buscando alternativas para poder ayudar a mi familia, queriendo apoyarlos y junto a mi hermano las responsabilidades y demás problemas ir alejando; sin embargo, el problema se representa cada mañana cuando la realidad queda expuesta y me encuentro con que solo soy una niña caprichosa que aun con todo lo que ha pasado no ha madurado.

Hablo como si supiera, como si de verdad pudiera pero al fin de cuentas solo es una muestra de la retorica que aprendí a utilizar, no es una escena de fortaleza ni son ganas de cambiar…


Así se siente mi conciencia... Sola, entre tinieblas y con una gran tormenta.

sábado

Panorama


“… Sus palabras retumbaron en mis oídos como una tétrica melodía que anunciaba el final, a pesar de eso no le tome importancia, sacudí mi cabeza con fuerza para alejarla de mi mente por lo menos hasta salir de aquel lugar, no podía darme el lujo de desfallecer allí; de modo que seguí atenta, observándolo a él y luego a quien tenía al frente, concentración para encontrar quizás dentro de mi algún indicio de mi futura reacción, eso era lo que buscada a costa de mi propio dolor de cabeza que continuaba en aumento.

No soy fuerte, o eso es lo que yo creo; sin embargo, ahora la fortaleza parece estar presente. Jamás imagine estar en esta posición ya que no soy de ese tipo de personas, pero heme aquí, sentada acompañándolo y en estos precisos momentos escuchando o bueno, haciendo como si escucho. Si desde hace un par de días deje de pensar, desde que ingrese a ese lugar y empecé a encaminarme a ese blanco cuarto, desde que ese olor tan característico de muerte inundo mi nariz y mis ojos se chocaron con aquel panorama desolador, aquel que nadie quiere ver, me bloquee completamente.

Aun así, quiero concentrarme en lo positivo que pueda decir, debo decir algo bueno que calme el sombrío recuento de noticias que sobre mis familiares reclama posesión; debo dejar de lado mi función racional, confiar en el creador, los esfuerzos y palabras de un uniformado señor; aunque mi actual forma de ser y ver la vida me impide esa acción, por lo menos dejare para mí las realidades que grita mi mente y buscare encontrar aquella fe y esperanza que en la niñez mantenía con gran confianza.

Al salir las cosas no mejoran en mi interior, el vacio se llana con el recuerdo de un cuerpo que no me observa y mi mente agotada sigue a la espera.

Así un nuevo día mas empieza, mis ojos arden como si hubiera llorado la noche entera, pero no es así, las lagrimas no han hecho aparición en mi, solo el pensamiento insano de las posibilidades negativas que pudieran surgir, hacerse realidad y sin esfuerzo alguno mi vida destrozar…


Un recuerdo, simplemente eso, una evocación dolorosa que aun no puedo olvidar y es que  ¿Cómo lograrlo? Si marco mi forma de pensar. Simplemente no puedo superar todo esto, verlo día a día me deja sin fuerzas y aunque hay una mejoría inmensa no sé como continuar soportando y callando mi pena; pero a pesar de eso aun sigo sonriendo, no por lo que lo hacía meses atrás; ahora sonrió para incentivarlo a él a continuar. 

Cuando la vida te golpea y de alguna forma te arrebata aquello que creías siempre seria igual, chocas contra el mundo de una forma que nunca llegue a imaginar; ahora comprendo porque todos dicen que el destino nos hace madurar a las malas si no nos dignamos a aprender con los buenos métodos.

Nunca pensamos que las cosas malas pueden pasarnos a nosotros, siempre nos enfrascamos en problemas tan vánales que hoy me da rabia recordar por las tonterías que en antaño llegue a lamentar, el problema al final es que la vida siempre tiene la última palabra y como una madre que a su hijo intenta enseñar a caminar, nos permite tropezar y golpearnos de lleno contra el pavimento de la realidad.