Llore… Llore como no lo había hecho en años.
llore por impotencia,
llore por dolor,
llore por estúpida,
llore por ilusa,
llore por ti,
llore por mí,
llore por ella,
llore por todo aquello que quise tener y que nunca pude obtener,
llore porque eres una fantasía,
llore porque ella no puede hacer parte de mi vida,
llore porque estas lejos,
llore porque a ella la siento tan cerca pero no aquí junto a mí,
llore por todo aquello que en mi vida está mal,
llore porque no soy capaz de aceptar las maravillas que me da,
llore porque las cosas terminan,
llore porque tengo miedo a todo lo que empieza…
Llore y cada lagrima fue más amarga que la anterior, tibias
gotas que son presencia viva del dolor de mi corazón…
Lagrimas cristalinas que bajan por mis mejillas trazando un
camino tortuoso que demuestra mi agonía, son un rio que busca limpiar mi alma y
corazón, son la muestra fehaciente de toda esta confusión.
Gotas y más gotas que ahora sobre mi regazo reposan, esto es
lo que sucede cuando se empieza a descongelar este gélido corazón, para poder
aguantar la carga que mañana de nueva cuenta en el empezara a poner el destino
manipulador.
La vida nunca ha sido un cuento color de rosas, le digo al
reflejo que frente a mí se posa; como repudio aquella imagen, yo quien siempre
me muestro tan llena de alegría justo ahora siendo un cuerpo sin vida; ojos
rojos he inflamados, mi cara empapada por agua salada que de mis orbes brota
sin piedad y sin ápice de quererse agotar.
Y entre esa mirada a un reflejo que me niego a aceptar soy
yo, sale un grito desde el fondo de mi pecho, tan desgarrador que mi garganta siento
con su fuerza cortar, como quisiera que así fuera, estoy agotada de llorar o en
su defecto de aparentar, estoy cansada de estas lagrimas que desde hace muchas
noches en soledad empiezan a emanar.
Demostrar mi debilidad en forma de llanto es algo que me
hace odiar hasta el más insignificante de mis rastros. “Llorar es un privilegio
que solo el más tonto de los hombres se permite tener” le digo a mi imagen
justo en el instante en que mi puño al espejo hace romper… La sangre empieza a
correr y sin esperar mucho tiempo la endorfina a mi cuerpo hace adormecer.
Y fue entonces que entre el cansancio y aquel analgésico natural, mi mente se empezó a desconectar, las lágrimas comenzaron a cesar, Morfeo poco a poco a su mundo me fue a llevar, y justo antes de que todo quedara en oscuridad total rogué al cielo para que este sueño no terminara jamás…
Y fue entonces que entre el cansancio y aquel analgésico natural, mi mente se empezó a desconectar, las lágrimas comenzaron a cesar, Morfeo poco a poco a su mundo me fue a llevar, y justo antes de que todo quedara en oscuridad total rogué al cielo para que este sueño no terminara jamás…